- Sistema nervioso
- Sistema nervioso periférico
- Sistema nervioso central
- Cerebelo
- Médula espinal
CEREBELO
Es una estructura que se ubica detrás del tronco encefálico y debajo del lóbulo occipital de los hemisferios cerebrales. En su parte externa, está formado por una sustancia gris y en la interna por una sustancia blanca. Su función es dirigir la actividad motora del individuo. Controla movimientos musculares amplios (motricidad gruesa) como caminar, y otros más específicos (motricidad fina) como poner la llave en la cerradura o enhebrar una aguja. Es una estructura con muchas circunvoluciones situada por detrás del cuatro ventrículo y de la protuberancia y unido al tronco cerebral por haces de fibras aferentes, que le llevan impulsos procedentes de la médula, bulbo, puente y cerebro medio y anterior. A su vez, de los núcleos del cerebelo nacen fibras eferentes para cada una de estas regiones.
Funciones:
- Se asocia a actividades motoras iniciadas en otras partes del sistema nervioso.
- Contribuye al control de los movimientos voluntarios proporcionándoles precisión y coordinación.
- Regula y coordina la contracción de los músculos esqueléticos.
- Controla los impulsos necesarios para llevar a cabo cada movimiento, apreciando la velocidad y calculando el tiempo que se necesitará para alcanzar un punto deseado. Así mismo, frena los movimientos en el momento adecuado y necesario.
- Ayuda a predecir las posiciones futuras de las extremidades.
- Es esencial para el mantenimiento de la postura y el equilibrio por sus conexiones kinestésicas y vestibulares.
MÉDULA ESPINAL
La médula espinal corre a lo largo y en el interior de la columna vertebral, que la protege. Tiene alrededor de 43 cm de extensión y es casi tan ancha como un dedo.
Fisiológicamente, la médula espinal es la vía conductora de impulsos desde y hacia el cerebro, y también es el centro de los movimientos reflejos.
Existen 31 pares de nervios raquídeos, que son aquellos que nacen en la médula espinal y salen por los agujeros de conjunción formados por la unión de dos vértebras vecinas. Hay ocho nervios cervicales, doce dorsales, cinco lumbares, cinco sacros y un coccígeo.
Estos nervios, que conectan a la médula con el resto del cuerpo, se agrupan en cinco enmarañadas redes que reciben el nombre de plexos, y que son los siguientes, de acuerdo a su ubicación: cervical, braquial, lumbar, sacro y sacrococcígeo.
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